Mundo Originario

Mundo Originario

Múltiples culturas rinden culto a la Naturaleza. Desde la Selva, hasta las Montañas, todos rinden su devoción a Madre Tierra.

 

Familias que funcionan

Familias

Familia

            Ver que la familia es el núcleo de la sociedad, nos permite comprender y clarificar la importancia de su presencia dentro de la comunidad, ya que la calidad de vida de esta se halla en relación directa al funcionamiento de las familias que la componen.

            Cada padre y madre, forman a los hombres y mujeres del futuro. También a aquellos que, en algún momento, serán los líderes de la sociedad. Es de suma importancia el hecho de que las familias que funcionan forman un ambiente acogedor y amoroso, que es la base nuclear de una sociedad justa.

            Observando detenidamente a la sociedad, se puede apreciar que estamos transitando un período en donde la cultura local se ve invadida por el efecto de la globalización,  insertándose  dentro de la misma nuevas creencias que impactan en las relaciones y en la manera de comunicarse de la gente.  Así pasamos de una sociedad impregnada por una tradición basada en reglas fijas, a un estado de incertidumbre y muchas veces falta de valores, producto de esa misma incertidumbre. El resultado de todo esto es el fin de la comodidad y el sostén que brindaban a las familias estas tradiciones; antes las relaciones eran claras y cada parte conocía el papel que jugaba dentro de su grupo, pero también es cierto que prevalecía el deber por sobre los deseos de sus integrantes. Como consecuencia se ha promovido el nacimiento de nuevos sistemas familiares que eran impensables dentro del marco tradicional.

            Hoy en día coexisten principalmente, y no son los únicos, dos modelos de familia. Uno es el tradicional, constituido por el padre, la madre, y los hijos; los abuelos y tíos formarían parte de la periferia. El otro modelo que está tomando cada vez mayor importancia es el llamado familias ensambladas. Estas son producto de la unión de dos personas en donde uno o ambos integrantes de la pareja tienen hijos de una unión anterior. El siguiente punto aborda este tema y brinda ciertas recomendaciones, útiles para mantener el buen funcionamiento.

Familias ensambladas

            En este modelo conviven o circulan niños y adolescentes de distintos matrimonios o convivencias. Las relaciones en estas familias no se dan espontáneamente como ocurre en las familias tradicionales, sino que requieren un esfuerzo de voluntad.
Las parejas que se configuran con este modelo, tratan al principio de funcionar como familia tradicional, pero con el correr del tiempo se van dando cuenta de que ese camino llevará al  fracaso. Estas familias necesitan realizar un esfuerzo de voluntad permanente para mantener la estabilidad del conjunto, dentro de ese esfuerzo se encuentran las siguientes recomendaciones:

  • Negociar las diferentes necesidades de sus miembros. En general ya vienen con una formación y perspectivas diferentes acerca de sus propias experiencias familiares, entonces esto los lleva a que cada uno deba hacer ajustes dentro del nuevo grupo para beneficiar el bien común.
  • Lograr acuerdos de convivencia.
  • Introducir lentamente las nuevas reglas y costumbres.
  • Los padrastros y madrastras van asumiendo el rol disciplinario a medida que se consolida la relación con sus hijastros, y esto se realiza con el apoyo del padre o madre.
  • Mantener una relación «civilizada» y cooperativa con el otro hogar de los chicos respecto del cuidado de los mismos. No criticar al otro progenitor delante de los chicos.
  • Fortalecer la relación de pareja.
  • Planificar momentos a solas para alimentar la relación.
  • Darse tiempo para consolidar las nuevas relaciones familiares. Desarrollar «relaciones de a dos»: cada progenitor con cada hijo, y el padrastro o madrastra con cada hijastro.

            Determinadas estadísticas indican que el proceso de integración de la familia ensamblada lleva de 4 a 7 años y es más sencillo cuando hay niños pequeños. Los adolescentes, debido a que transitan por una etapa de su desarrollo evolutivo que implica el comienzo de su independencia, pueden no integrarse nunca, si bien, esto no es un impedimento para que establezcan buenas relaciones con los nuevos miembros de la familia. Las familias ensambladas «exitosas» están satisfechas y contentas; sienten que alcanzar la estabilidad les demandó tiempo y esfuerzo, pero se sienten recompensadas.     

            Sus miembros han aprendido a negociar, a ser tolerantes con las diferencias, flexibles y creativos.

La tarea de ser padres            

Ambos modelos tienen en común la difícil tarea de ser padres, especialmente en los tiempos actuales. De manera general, puede afirmarse que las habilidades, las destrezas y competencias que cada pareja pueda exhibir en la compleja tarea de ser padres y educar, se verá facilitada por el conjunto de experien­cias saludables que cada miembro haya tenido en su propia práctica como hijo dentro de su propia familia de origen.

            Es como si cada uno, en base a las costumbres de su niñez dentro de la propia familia, haya ido aprendiendo su propio modelo acerca de qué es ser padre/madre y cómo actuar. El papel que represente se verá reflejado en la formación de sus propios hijos. Cuando el modelo familiar es exitoso, las probabilidades que conformar una familia estable y equilibrada aumentan, pues la persona cuenta con recursos ya aprendidos que le facilitarán el desempeño con mayor destreza. 

            Existen ciertas pautas que ayudan a que una familia pueda funcionar de manera exitosa. Se considera a una familia como exitosa cuando la comunicación entre sus integrantes es aceptable y armónica. Para que esto suceda se necesita cumplir con ciertas reglas que permitan reconocer y comprender el lugar que cada uno ocupa dentro del grupo. Cuando se cumplen las siguientes pautas se facilita la comunicación y el orden:

  • Los padres son y se comportan como padres y los hijos son y se comportan como hijos. Aunque esta aseveración suene extraña, sucede que no todos los padres se comportan como tales. Pueden verse ejemplos de casos que lo atestiguan, tales como padres que promueven el amiguismo tratando a sus hijos como pares y, sucede que terminan quejándose de que sus hijos ignoran su autoridad. También están lo que utilizan a sus hijos como confidentes de sus problemas, afectando así la salud emocional de los mismos, forzándolos a salir del lugar de hijo.
  • La organización jerárquica es clara. Padre y Madre comparten la autoridad en forma alternada, sin conflictos y balanceada. Esto significa que se apoyan y colaboran mutuamente para tener un mensaje común frente a sus hijos. Cuando sucede lo contrario, es decir, uno de los padres desaprueba la autoridad del otro frente a los niños, se forman alianzas entre los hijos con el padre que lo aprueba en contra del otro llevando la situación a la violencia. Otras veces las alianzas se hacen entre nieto y abuelos o tíos, boicoteando la autoridad de los padres. Estos ejemplos hablan de la importancia de una buena alianza entre los padres frente a las vicisitudes que puedan aparecer.  
  • Los límites para el comportamiento son claros y legítimos. Se cumplen y se defienden. Es importante marcar los límites que hacen a los códigos comunes de convivencia, estas normas que forman la buena convivencia. Cuando un hijo transgrede un límite, el castigo es la forma más efectiva y debe administrase en el tiempo más cercano al hecho, de esta forma el chico puede asociar mejor el castigo con la falta cometida. El castigo debe tener una duración limitada en el tiempo, de lo contrario, el niño termina olvidando que es un castigo.    
  • Los puntos críticos de cada etapa de la vida familiar se atraviesan sin dificultad identificando y resolviendo los problemas que van surgiendo.  Las etapas son las que corresponden al nacimiento de los hijos, su infancia, hasta llegar a su adolescencia, y cuando los hijos llegan a la edad adulta y arman sus propias familias.  Cada etapa implica un cambio de conductas en la comunicación y también un aprendizaje principalmente para los padres. Al principio los padres se relacionan con un bebé, luego con un niño, más tarde con un adolescente y ello implica el esfuerzo por parte de los padres para ir aprendiendo un lenguaje de comunicación diferente en base a las respuestas del hijo.
  • Los miembros tienen capacidad para reconocer y resolver dilemas personales por medio de la comunicación abierta.
  • La comunicación misma, es clara y directa. Esta se da cuando el mensaje es claro y coincide con la intención de lo que se desea expresar. Sin tabúes de ningún tipo se habla de lo que se necesita hablar y de forma directa. Un tabú muy conocido es de hablar sobre sexo, tema que generalmente produce tensión y evitación. 
  • Los miembros de la familia tienen identidad personal propia, y se aceptan unos a otros tal cual son, pero, lo hacen sin imponer comporta­mientos en los demás.
  • Cada cual puede expresar lo que siente sin que se creen conflictos entre los miembros del grupo, Hay libre expresión de las emociones. Existen familias en donde determinadas expresiones de emociones no están permitidas, como por ejemplo el llanto en el hombre.
  • Se admiten y respetan las diferencias o discrepancias de opiniones cuando éstas surjan.
  • La conducta de cada miembro es consonante con su autoridad, sus deberes y su persona misma. Eso significa, por ejemplo que un hijo no puede conducirse como un padre dando órdenes o un padre acatando las órdenes de un hijo.
  • Cada miembro invierte en el bienestar de los otros tanto como de si mismo. Todos trabajan y contribuyen al bienestar común y al crecimiento.
  • El control de las conductas es flexible. La autoridad es flexible en cuanto a que acompaña la conducta de los hijos, controlándolas  dentro de los límites aceptables para mantener el orden del grupo.

            Ser buen padre o buena madre es una tarea difícil. Es un trabajo diario que nunca termina. Es tal vez la tarea más ardua, porque implica estar mentalmente sano y dotado de paciencia en extremo. Se necesita saber satisfacer las propias necesidades con los propios recursos y tener, además una pareja que apoye en el proceso.

Conclusión            

         Las familias que funcionan son familias en que los roles de todos los miembros están establecidos en relación a la función que cumple cada miembro dentro del grupo sin ostentar posiciones de primacía por ninguno de los miembros; y donde todos trabajan, contribuyen y cooperan igualmente y con entusiasmo por el bienestar colectivo.

            El “problema” es el efecto de algo que no funciona, es negativo porque causa dolor a todos, pero también es un mensaje e invitación al cambio. Muchas personas tratan de forzar el cambio en los demás integrantes, sin tener en cuenta que ellos también forman parte del problema.

            Tomando en consideración que la actitud personal que cada uno tiene para conducirse es el resultado de los muchos aprendizajes, atinados o no, adquiridos en la infancia, y que cada parte de la pareja trae consigo historias de vida diferentes, cuando la familia no funciona, cada padre deberá trabajar sobre sus propias actitudes, como también en un marco de diálogo permanente con la intención de crear códigos comunes de convivencia que posibiliten el logro de la armonía deseada, o concurrir a un profesional capacitado  en sistemas familiares que les ayude a organizar a los miembros en pos del bien común.

Si te ha gustado te invitamos a Compratirlo

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.